miércoles, 18 de enero de 2012

Adaptación del cuento


Esta es la adaptación del cuento "Toda clase de pieles", está adaptado para segundo ciclo de primaria, ya que es más corto y sencillo y los niños de segundo ciclo lo pueden entender fácilmente.


LA PRINCESA QUE DEBÍA SER REINA

Hace muchos años en un reino muy lejano vivían felices unos poderosos Reyes que acababan de casarse, el rey se llamaba Leopoldo y su esposa, la reina, se llamaba Margarita.
Margarita era famosísima desde que nació en el reino por su gran belleza, siempre tubo muchos pretendientes que quisieron casarse con ella. Además era muy bondadosa y amable con todo el mundo, el reino entero la quería.

Un buen día los Reyes se asomaron al bacón principal de su gran palacio para anunciar a todo el reino una noticia que les hacía muy felices: la reina Margarita estaba embarazada.
Pasaron nueve meses y llegó el momento en el que la reina tenía que dar a luz, hubo complicaciones en el parto y los médicos no pudieron hacer nada por salvar la vida de la joven reina, la cual antes de morir le hizo a su marido hacer una importante promesa: “Prométeme que harás todo lo que esté en tu mano por que nuestra hija sea algún día la reina de este reino que tanto amo”
El rey le hizo esa promesa a su mujer, pasó mucho tiempo desde la muerte de la hermosa reina y el rey seguía sin levantar cabeza, no cumplía sus obligaciones como rey y ni siquiera atendía a su pequeña hija, a la que llamó Margarita en memoria de su madre.

Pasaron los años y por fin la joven Margarita cumplió los dieciocho años, edad suficiente para poder reinar, pero antes debía encontrar un esposo.
El rey convocó a todos los jóvenes príncipes de los reinos cercanos para que su hija eligiese a su futuro marido y futuro rey del reino, pero a ella no le gustaba ninguno, no los conocía y ella quería enamorarse como sus padres se enamoraron un día.
Pasaron los meses y el rey cayó enfermo, sólo podían curarle con una planta milagrosa que había a las afueras del reino, pero hacía años que esa planta no crecía.
El rey le dijo a su hija: “Margarita, todo lo que deseo es cumplir la voluntad de tu madre antes de morir, me queda poco tiempo, tienes que casarte ya y así poder reinar”
“Pero padre, no estoy enamorada de ninguno de mis pretendientes, ni siquiera he tenido tiempo de verlos a todos”- le contestó ella.
“Por favor hija, hazlo por tu madre”-le insistió el rey.
Finalmente Margarita aceptó: “Está bien, mañana mismo elegiré marido. Pero no te vas a morir aun padre.”
Cuando estaba en sus aposentos pensando en la frágil salud de su padre y agobiada por la idea de tener que elegir un esposo, con el que ella no quería casarse, un extraño impulso la llevo a salir de palacio vestida con ropas de hombre y montada en su caballo e ir a las afueras del reino en busca de la planta milagrosa que podía curar a su padre
La joven princesa buscó y buscó pero no encontraba nada, así que sin darse cuenta se fue alejando cada vez más del reino hasta que se perdió y no sabía donde se encontraba, era de noche y no sabía como volver al reino, así que decidió que no le quedaba más remedio que pasar la noche en el campo y se escondió dentro de un árbol.
A la mañana siguiente cuando la princesa ya se dirigía a volver a palacio y abandonar su búsqueda de la planta milagrosa se encontró con un joven que paseaba por allí con un perro.
Al principio Margarita se asustó ya que ella nunca había estado tan lejos de su hogar y no había hablado con ningún que no fuera de la corte.
El joven le dijo: “Buenas días señorita, parece que tiene algo de frío, ¿Qué hace usted por aquí?”
Ella le contestó: “me he alejado demasiado del reino y me he perdido, no se donde estoy y además no he encontrado lo que venía buscando”
“¿Y puedo saber que venía una señorita como usted buscando por mitad del campo? Si aquí no hay nada.” Le contestó él
“Buscaba una planta milagrosa para mi padre que está muy enfermo, se que antiguamente crecía por aquí pero perece que ya no” le dijo la princesa mientras le enseñaban al joven misterioso un dibujo que tenía de esa planta para poder identificarla.
El joven le dijo: “ven conmigo”
Y sin más explicaciones la princesa le siguió con la esperanza de que él supiera donde encontrar la planta que curase a su padre.
Durante el camino el joven le contó que se llamaba Luis y los dos hablaron durante horas olvidándose de la noción del tiempo, pero ella no le contó que era una princesa.
Finalmente llegaron a un bosque encantado que se ocultaba dentro de un enorme árbol hueco, la princesa no podía creer lo que veían sus ojos, todas las plantas brillaban y había muchas flores de colores y mariposas que volaban de flor en flor, se quedó maravillada y estuvo aun más feliz cuando encontraron la planta que buscaban.
Mientras tanto en palacio ya se habían percatado de la desaparición de la princesa, en un principio decidieron ocultárselo al rey para que su estado no empeorase pero finalmente tras las insistencias el rey de ver a su hija tuvieron que contarle la verdad.
El rey se puso furioso y mandó buscarla al doble de hombres de los que ya estaban buscándola por todas partes.

Cuando la princesa y Luis salieron del bosque encantado se encontraron con hombres de la corte del rey que enseguida los cogieron a los dos y se los llevaron a palacio.
Cuando llegaron se lo comunicaron al rey y le dijeron que habían cogido como prisionero al chico que había secuestrado a su hija.
El joven Luis no entendía nada de lo que estaba pasando, la princesa intentó aclarar la situación diciendo que solo le había ayudado a encontrar la planta pero el rey no quiso hablar con su hija, estaba muy furioso pensando que casi pierde a su niña justo antes de su boda y solo quería matar al joven.
Justo cuando el joven iba a ser ejecutado Margarita gritó: “¡Padre! Si no me caso con él, os juro que no lo haré con ninguno”
Inmediatamente el padre ordenó que no mataran al joven aun.
“Hija mía, casi te pierdo por culpa de este joven, no merece vivir” le contestó su padre, a lo que ella le respondió: “no padre, él nunca supo que yo era la princesa de este reino y me he enamorado de él, no podéis matarle, os lo suplico”
Finalmente el padre aceptó dejar al joven con vida y cuando estuvo recuperado gracias a la planta milagrosa, vio que realmente su joven hija era incapaz de encontrar otro esposo que no fuera Luis, y aunque él no era un príncipe el rey accedió a que su hermosa hija se casara con él y les dio su bendición.
Margarita y Luis se casaron convirtiéndose en los Reyes de el reino y fue así como el rey Leopoldo vio cumplido el sueño de su amada esposa y el suyo también , ya que jamás había visto a su hija tan feliz.

1 comentario:

  1. Es precioso,y me ha encantado pero no te puedo poner perfecto porque, como adaptación, te has cargado varios de los momentos importantes del viaje iniciático.

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